Cambios de estación, PREPARÁNDONOS PARA EL PRÓXIMO OTOÑO


Cambios de estación, PREPARÁNDONOS PARA EL PRÓXIMO OTOÑO

Cambios de estación, PREPARÁNDONOS PARA EL PRÓXIMO OTOÑO

Se acerca el otoño. Esta estación, caracterizada por los cambios bruscos de temperatura, lluvias intermitentes, humedad, progresiva falta de luz solar y la caída de las hojas de los árboles con el posterior desprendimiento de polvo, puede traer aparejados algunos problemas de salud.

Debemos prepararnos para enfrentar estos desafíos inmunológicos que se acercan e interiorizarnos sobre algunas de las enfermedades características de la estación para poder enfrentarlas.

Durante la temporada otoñal, las enfermedades alérgicas están primeras en el rango. Esto se da debido a los ácaros presentes en el polvo, que se encuentra en el ambiente. El inicio de las lluvias, que ocasiona incremento de la humedad, la puesta en funcionamiento de las calefacciones, como también una disminución en la  ventilación por  el frío, hacen posible que éstos microorganismos mantengan su ciclo vital facilitando su proliferación, lo que agudiza los procesos histamínicos.

Los ácaros, de tamaño menor a la punta de un alfiler, pueden encontrarse por miles en un gramo de polvo. La inhalación de sus alérgenos (que son principalmente sus heces) es una de las causas más frecuentes de rinitis y asma bronquial alérgicos. Los síntomas más usuales son: estornudos, goteo nasal, sensación de nariz tapada, picor y enrojecimiento en los ojos, tos, dificultad respiratoria y sibilancias.

Durante esta temporada, se dan también las condiciones propicias para que afloren ciertos agentes virales que atacan principalmente a niños menores de 5 años. Uno de los más conocidos, que más preocupa por su frecuencia y porque puede ser muy grave en menores de 3 meses de edad, es el Virus Respiratorio Sincicial (VRS). Estudios realizados por la OMS (Organización Mundial de la Salud), demuestran que debido al cambio climático y a que ha aumentado la temperatura global en el mundo, el peak de ataque del virus sincicial se ha acortado, es decir, que cada vez comienza más temprano y dura menos.

Es importante que los padres sepan que el VRS tiene un comportamiento constante a través de los años. Empieza entre abril – mayo y termina en septiembre u octubre. Sus síntomas son:

– Dificultad respiratoria

– Hundimiento de las costillas

– Aleteo nasal, es decir, falta de aire o dificultad para respirar de manera adecuada

– Color morado alrededor de los labios que se presenta al toser

Otra de las enfermedades comunes de ésta época, es la denominada “gripe estomacal”, un tipo de contaminación viral, que se expresa a través de los vómitos y la diarrea.

Dicha gastroenteritis viral también suele ocasionar, dolores de cabeza, fiebre alta, dolores abdominales y cólicos. Los niños son más afectados por rotavirus, astro virus y adenovirus, mientras que los adultos son afectados por los calicivirus. Esta infección gastrointestinal puede durar entre dos y cinco días, dependiendo de qué virus específico haya afectado al aparato digestivo. En casos de niños bien alimentados sin ninguna patología de base, el desorden puede durar unos cinco días, no presentando gravedad alguna. Sin embargo, los niños menores a 2 años, las personas mayores a los 65 años o los niños con alguna enfermedad previa, son considerados como un grupo de riesgo. En estos casos, es conveniente internar al paciente para su seguimiento y evitar su deshidratación.

Con posterioridad al verano, la piel suele estar bastante deshidratada.  Por este motivo es importante mantener nuestra piel humectada, pues el frío que viviremos en un tiempo más nos puede generar algunos problemas como rojeces, sequedad y manchas.

Recomendaciones

Para poder disfrutar de esta temporada a pleno y prepararnos para la época invernal debemos:

  • Aplicar el refuerzo de la vacuna contra la gripa e influenza
  • En caso de presentar síntomas gripales, es importante no auto medicarse y evitar el consumo innecesario de antibióticos, ya que si la enfermedad es viral, el medicamento no solamente no va a servir, sino que las bacterias se van a fortalecer haciendo más difícil el tratamiento.
  • En caso de haberse mojado bajo la lluvia, cambiar de inmediato la ropa
  • Proteger la piel del calor de las calefacciones y la humedad, limpiándola bien todos los días y aplicando crema para evitar resequedad.
  • Incorporar vitaminas a nuestra dieta, comer muchas frutas, verduras y complementarla con vitamina C que ayuda a prevenir enfermedades infecciosas.
  • Ventilar diariamente las habitaciones.
  • Evitar los ambientes con humo de cigarrillo
  • Evitar el exceso de abrigo en ambientes calefaccionados.
  • Si en su hogar hay un enfermo con gripe, lavar bien sus manos después del contacto con él.
  • Cubrirse la boca al toser o estornudar con un pañuelo descartable o con el pliegue del codo para evitar contagiar a otros.

Escribió:

ADRIANA E. SAISI
Farmacéutica M.N.11089

 

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