Solo crece el crédito “con anabólicos”


Solo crece el crédito “con anabólicos”

Solo crece el crédito “con anabólicos”

Artículo elaborado por la Fundación Capital

El reciente impulso del crédito al sector privado en moneda local es explicado por el alza en líneas a tasas subsidiadas o programas como el Ahora 12. La dinámica habría sido muy distinta sin estas líneas y, ya se comienza a evidenciar una desaceleración en las mismas. Hacia delante, el riesgo crediticio entre privados se incrementa, por lo tanto será crucial monitorear el financiamiento hacia clientes y los plazos de los mismos.

Los préstamos en pesos al sector privado exhiben un ritmo de crecimiento del 49,7% i.a. (prom. 30 días móviles) al 12 de agosto, aunque con una importante heterogeneidad entre líneas. En detalle, los créditos más dinámicos son los comerciales, con un fuerte incremento de los documentos (+147,5% i.a.), los adelantos (+73,5% i.a.) y otros préstamos (+209,7% i.a.). Destacó el fuerte impulso de las líneas de crédito blandas establecidas por el Banco Central dirigida a MiPyMEs y Prestadores de Servicios de la Salud a tasa del 24% n.a., que acumuló al último día de julio desembolsos por $343.777 millones. En consecuencia, el financiamiento comercial mostró un incremento del 70% desde comienzos de marzo. No obstante, sin estas líneas el crédito a las empresas sólo habría presentado un alza del 11% en dicho período.

Aún más, al analizar el comportamiento en términos mensuales, se observa el comienzo de una clara desaceleración en el ritmo de expansión de estas líneas. Los documentos se incrementaron un 8% mensual en julio, un ritmo inferior al presentado en los meses anteriores (+15,9% en abril, +24,4% en mayo y +10,7% en junio). En el caso de los adelantos, la dinámica incluso se revirtió, verificando descensos mensuales en junio (-8%) y julio (-3%). En términos nominales, los documentos pasaron de crecer $ 100.000 millones en abril a $ 25.000 millones en julio, mientras que los adelantos viraron de un alza de $ 35.000 millones a una caída de $ 11.000 millones en los mismos meses. Si bien la reconversión de los ATP a créditos daría un nuevo impulso a este tipo de líneas, no deja de ser notoria la pérdida de fuerza de este segmento.

Por otra parte, el financiamiento con tarjetas de crédito exhibió un reciente incremento en su ritmo de expansión (+61,7% i.a.), donde destacó particularmente el desempeño de los últimos dos meses (+8% mensual en junio y +6,6% en julio). Aquí contribuyó la línea de préstamos a tasa 0% para monotributistas y las compras en cuotas. Según datos del Índice Prisma Medios de Pago del segundo trimestre de 2020, se habrían observado importantes alzas en aquellas compras realizadas en planes de entre 13 y 24 cuotas (+121,2%i.a.), Ahora 12 (+89,35% i.a.) y Ahora 18 (+453% i.a.). Dicha tendencia continuó en julio, donde los consumos con el programa Ahora 12 se expandieron un 8,7% mensual, según se desprende del reciente Informe de Panorama Productivo publicado por el Ministerio de Desarrollo Productivo.

En tanto, el resto de las líneas de crédito experimentaron caídas nominales al 12 de agosto, donde los créditos prendarios retrocedieron un 9,3% i.a., aunque vale mencionar que los mismos vienen recuperándose en los últimos dos meses. Por su parte, los personales disminuyeron un 3,1% i.a. y los hipotecarios lo hicieron en un 0,4% i.a..

En consecuencia, se puede apreciar que por fuera de aquellas líneas de crédito que fueron impulsadas por medidas oficiales con tasas bajas o financiamiento en cuotas, el crédito mostró un descenso durante la pandemia. Es decir, sólo creció el crédito “con anabólicos”, el cual permitió que el financiamiento en pesos al sector privado se acerque al 8,5% del PBI en lo que va del tercer trimestre (vs. 7,5% el año pasado).

Hacia delante, será relevante monitorear los altos ratios de morosidad y el desacople de tasas activas y pasivas, que pueden poner un freno al impulso del crédito deseado por las autoridades. La irregularidad del crédito en pesos al sector privado se ubicó en 5,2% de la cartera total en mayo (vs. 2,2% promedio de la última década). Vale mencionar que el BCRA realizó modificaciones en los parámetros de clasificación de deudores durante la pandemia, por lo que la morosidad comparable con los datos previos sería superior a la informada. Por su parte, los montos de cheques rechazados en el segundo trimestre alcanzó el 6,75% del total compensado (vs. 2,64% promedio desde 2010). En un contexto de recesión y con muchas actividades afectadas por la cuarentena, es posible que la irregularidad tienda al alza en los próximos meses. Vale recordar que las líneas anunciadas por el Banco Central comenzaron a funcionar más ampliamente recién cuando se establecieron los avales del FOGAR. El mismo esquema se replicó para los Créditos a Tasa Subsidiada para Empresas, en el marco del Programa ATP, los cuales cuentan con garantías del FOGAR y un subsidio de tasa a cargo del FONDEP.

El otro aspecto a mencionar en lo que concierne al desincentivo a las entidades financieras a incrementar sus préstamos son las bajas tasas y el desacople de las activas y pasivas. En efecto, la tasa promedio ponderada de los préstamos en pesos al sector privado retrocedió en 2.723 p.b. desde comienzos de año al 31 de julio, mientras que el costo promedio de fondeo neto de encajes cayó tan sólo 546 p.b.. Aquí, las distintas exigencias del Banco Central sin duda impactaron en esta dinámica. Si bien es cierto que las tasas activas se encontraban en niveles elevados a comienzo de año, este desalineamiento de tasas en un contexto de fuerte aumento del riesgo de cartera, sin dudas limita los incentivos a otorgar nuevos préstamos.

Las autoridades deben intentar resguardar al sistema financiero, cuyo balance se encuentra sano. La liquidez amplia se ubicó en 76,2% de los depósitos en pesos al sector privado al 11 de agosto, sosteniéndose por encima del 70% en todo 2020. En términos de solvencia, las previsiones continuaron superando la cartera irregular (112% en mayo), mientras que la integración de capital regulatorio se mantuvo elevada (22,9% de los activos ponderados por riesgo, 14,3 puntos por encima de la exigencia mínima).

Por otro lado, las tenencias de títulos públicos por parte de los bancos crecieron un 46,3% en los primeros cinco meses del año, y sin dudas, hacia delante el Ministerio de Economía buscará seguir colocando valores públicos al sistema financiero. No obstante, se debe tener extremo cuidado de no elevar demasiado la exposición del sistema al riesgo público, evitando un efecto “crowding out” y buscando preservar la solvencia de los bancos para que los mismos puedan privilegiar su rol de intermediación financiera con el sector privado. En este sentido, con las miras en preservar la salud de la economía, el sistema financiero argentino debería jugar un rol anticíclico y usar su elevada liquidez en prestar al sector privado, en detrimento del sector público. Una presión por parte de las autoridades para elevar el financiamiento al sector público implicaría un riesgo de desmonetización.

Hacia delante, las autoridades seguirán buscando impulsar el crédito al sector privado a través de créditos blandos, pero el efecto deseado será cada vez más complejo a medida que continúe creciendo la morosidad. A su vez, se debe tener cuidado de no dañar la solvencia del sistema financiero, que ostenta altos niveles de liquidez y baja exposición al sector público.

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